Videodrome y el
hiper-cine.
La transformación hiper-moderna que influye en Videodrome, del
realizador canadiense David Cronemberg. formaría parte de una “pantalla
global” donde el “espíritu cine” se manifestaría
a través del proceso de “cinematografización” de la vida. Se desarrolla la propuesta
del film como un discurso dominante ejemplificado bajo las lógicas del “hiper-cine”
- con la imagen exceso, la de multiplejidad y de distancia - propuestas por Gilles Lipovetsky y Jean Serroy.
Lo
que caracteriza a la transformación híper-moderna de la sociedad son los
efectos que de manera sincrónica y global afectan sobre la tecnología, los medios,
la economía y la cultura, así como sobre el consumo y la estética. El cine, al
igual que todos los elementos que conforman la sociedad, ha entrado en este
nuevo ciclo moderno, de segunda modernidad.
Un
ciclo cultural y global denominado híper-modernidad, impuesta desde los años 80
luego del establecimiento de la posmodernidad, entendida inicialmente como la desaparición
de las grandes utopías, las revoluciones y vanguardias, se puede considerar
como una modernidad superlativa o más bien híperlativa, a causa de sus excesos
y drásticos cambios que impactan sobre todas las esferas sociales.
Este
nuevo nivel de modernidad posee tres características (también llamada como metamorfosis
triple) referidas al orden democrático-individualista, a la dinámica del
mercado y a la de la tecnociencia, depositadas en una “espiral ingobernable”
según los autores y en la exaltación extrema de los defectos y pasiones humanas
(paroxismo social) asociada al comportamiento contemporáneo.
Según
los autores de “La pantalla glotal”, Gilles Lipovetsky y Jean Serroy, el cine
conoce hoy una mutación de fondo que afecta todos sus dominios, a la producción
tanto como a la distribución, al consumo tanto como a la estética fílmica. Razón
por la cual proponen como hipótesis la aparición de un híper-cine, como nuevo régimen
histórico de este séptimo arte que durante su historia ha pasado por cuatro
edades plenamente identificables. Modernidad primitiva, modernidad clásica, modernidad vanguardista y la híper-moderna.
En
este sentido se han establecido tres nuevos conceptos, conocidos como “pantalla
global” y “espíritu cine” que desarrollan la cinematografización de la vida. El
primero, la “pantalla global”, se refiere a la multiplicidad de pantallas,
omnipresentes, multiformes, planetarias y multimediáticas. Un nuevo estado denominado
“pantallósfera”, generado gracias a las nuevas tecnologías informáticas y
comunicativas. Este nuevo estado también designa el momento en el que se encuentra
el “mundo cine” en manos de la híper-globalización económica y la internacionalización
financiera de la industria, producido con parámetros “taquilleros” y
transnacionales, e incluso multiculturales. Factores positivos los cuales han posibilitado
que películas como Videodrome se
instalen en la industria cinematográfica por la liberación del comercio,
incentivando nuevas temáticas, pues se han desreglamentado los modelos narrativos
entremezclándose lo aceptable con lo inaceptable.
Esta
dinámica híper-moderna está presente Videodrome,
obra que se arrastra por esta nueva lógica exponencial donde la narración
de los acontecimientos se torna extrema y vertiginosa. Utilizando los recursos tecnológicos
y técnicos de una manera casi desmesurada.
La
característica democrática-individualista influye al film en el tipo de público
al cual aspira llegar, un público juvenil motivado por un estilo fresco y violento
donde se destaca lo espectacular de lo efectos. Son quienes piden también estas
nuevas sensaciones rápidas y fuertes para poder transportarse a los universos híper-modernos
y extraordinarios. Pero esta obra, de carácter independiente y catalogado como
serie B, posiblemente respaldada por grandes mercados, ya que bajo esta lógica
nada es al azar, con el propósito de asegurar la inversión se dirige al tipo de
espectadores que mejor recibirán el producto, los híper-consumidores, mayores
consumidores de cine.
La
dinámica del mercado, está presente en este filme y puede ser considerada como una
producción de presupuesto medio bajo, donde se demuestra el proceso de polarización
de los presupuestos de producción en esta lógica libre-mercadista. Aunque haya
contado con algún tipo de financiamiento mayor para enfrentar el nuevo mercado.
Así
entonces, la “tecno-ciencia” y el “high-tech”, en esta obra se demuestran
por el uso constante de múltiples recursos de la técnica cinematográfica,
efectos especiales y maquillaje fantástico como la mutación, con el uso de la tecnología
hibrida análoga-digital
El
espíritu cine, es el triunfo paradójico de su dispositivo imaginario: desde la
gran industria, el gran espectáculo, la puesta en imagen y el Star System. Cuando
el cine ha perdido su dominio hegemónico ante la televisión y las demás
pantallas, se ha convertido en un fenómeno que ha logrado expandirse por todos
lados. A causa de estas concepciones de pantallas omnipresentes, que han
potenciado aún más el alcance de lo cinematográfico, se habla del empoderamiento
del espectador, su gusto y comportamiento cotidiano (ya casi no se puede hablar
de sólo espectadores) en el cine.
El
cine narcisismo, que posibilita el uso de la técnica por parte de los
espectadores sin necesidad de estudiar o especializarse, por ejemplo con la
masificación del consumo de videocámaras
digitales, ha generado una creciente necesidad de híper-visualidad de mundos
internos y externos. Los deseos por la “cinevisión”, que no acepta el retroceso
del cine sino más bien la constante expansión de las sensaciones, han creado
una total e incluso distorsionada cinemanía. Se ha abandonado la “cineidolatría”
por la estrellas y se ha remplazado por la cinefilia y la cinemanía, una masificación
de la emocionalidad, el culto por lo “hipervisual” y la “cinedisposición” que
demuestran los constantes cambios en el gusto de los consumidores hipermodernos.
En
la “cinematografización” del mundo contemporáneo el cine virtual se vuelve un
tipo de educador que ha alcanzado a todas las esferas de la vida. Esta nueva
cinemanía que se viene desarrollando desde los años 80 se aprecia en “Videodrome”, donde los canales de televisión
multitemáticos se han apoderado del imaginario colectivo. Se encuentra generalizado
también aquel gusto por el consumo de nuevos materiales: actividades video-grabadas
y distribuidas independientemente, demostrando que la utilización de las
videograbaciones fue uno de los primeros pasos
para la consagración de la cinematografización de la vida.
Es Videodrome el discurso del cine dentro
del cine, o del video dentro del video, pues el autor se muestra sin duda preocupado por la forma en
que la televisión manipulaba las actitudes del público a principios de los
ochentas (y desde algunas décadas atrás), Cronemberg quiso especular sobre los
extremos de esa práctica, agregando (como siempre) su obsesión por la
intersección de cuerpo y tecnología. Para lograrlo, creó una historia que
resuena en varios niveles, con distintos modos de interpretación (considerando
que no contaba con el beneficio de la tecnología
digital). Además el discurso dominante del film se concentra en la realidad
virtual, en donde el individuo moderno, MaxRenn, un operador de TV por cable, llega a la
utilización inconciente de gafas virtuales con las que imagina la realidad como
cinematografía y confunde lo que ve con la experiencia real.
Las Cinesensaciones en este film de ciencia ficción permiten
la transcripción de imaginarios antes imposibilitados de realizarse. La realidad virtual (máximo alcance del high tech) que se presenta en la película
alcanza a los espectadores, se une aquí
con la imagen distancia, al producir la ilusión perfecta que despliega el vértigo
hipermoderno (trip sensorial). Imagen
profusión donde se tratan de ofrecer cada vez más efectos especiales, (Rick
Baker, junto con la empresa EFX, de Steve Johnson, fueron quienes realizaron
las ilusiones de esta cinta con ingeniosos métodos que incluyeron aplicaciones
de látex, cuerpos falsos y retro-proyección), que crecen en violencia y sintonía
con el espíritu de la época. La ultra violencia remplaza en Videodrome a los excesos monstruosos, de las drogas y el
alcohol, pero el sexo es tratado como una parte constitutiva de la ultra
violencia, valido por si mismo y que pertenece a la esencia de la película como
tal.
Estos tres procesos constitutivos del cine hípermoderno ejemplificados
en Videodrome constituyen un cine liberado
de las normas y convenciones pasadas, estéticas y morales, que evoluciona en un
hípercine donde no está prohibida la hiperlatividad de la nueva modernidad.
En Videodrome se
examina la condición carnal del ser humano y la evolución que puede
experimentar por factores internos (enfermedad física o mental) y externos
(tecnología) y el tratamiento cinematográfico que se le da habla de un ritmo
vertiginoso, de velocidad, sexo y violencia a través de la multiplicación de
los planos, cortes, prolongación en la duración y saturación de imágenes y
sonidos.
Por último se puede considerar a la obra de Cronemberg como
cine de investigación independiente pues nos presenta la dinámica hiperbólica
de la estética del exceso, en la cual se extralimitan y proliferan, vertiginosa
y exponencialmente, todos los elementos cinematográficos. La desregulación y el
aumento de la complejidades espacio-tiempo fílmico están presentes aquí, la categoría
de imagen multiplejidad habla de una estructura narrativa no clásica, un genero
que mezcla otros géneros y la combinación de conspiraciones, surrealismo y
terror visceral dan como resultado una película difícil de clasificar, pero
imposible de ignorar, especialmente por su profética visión de los medios
contemporáneos, junto con personajes que alucinan hasta el desquiciamiento, una
obra que no se simplifica y a la vez se diversifica. Película autorreferencial altamente
hípermoderna en donde la referencialidad reflexiva se vuelve trivial que
muestra pantallas dentro de la gran pantalla, metacine que se sumerge profundamente en niveles representacionales
y metarrepresentacionales, suprimiéndose la distancia de aquella separación clásica
entre el espectador y el cine.
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