lunes, 29 de octubre de 2012

Análisis crítico al desarrollo del movimiento social de los trabajadores desde sus contextos político, social y económico.


Porque un obrero sin trabajo
No importa que sea o no sea marxista,
 No importa que sea o no sea cristiano,
No importa que no tenga ideologías políticas,
Es un hombre que tiene derecho al trabajo y
 ¡Debemos dárselo nosotros!
Salvador  Allende

“Soy un incasable predicador por la unidad
De la clase trabajadora chilena. 
 Porque cuando la clase trabajadora chilena
Está unida, es invencible,
 Nadie se atreve contra ella”
Clotario    Blest 


A lo largo del siglo XIX, la población campesina fue siempre mayor que la del las ciudades; sin embargo, hacia fines del siglo comenzó un relativo despoblamiento del campo y un crecimiento de las ciudades. Surge la clase obrera mientras la población campesina de la zona central, en términos generales se hallaba sujeta al sistema de hacienda de la gran propiedad de la tierra, en la calidad de inquilino, peón o afuerino. Sus condiciones de vida variaban de acuerdo a su mayor o menor pertenencia al sistema hacendal. Así, la mano de obra disponible, que dará orígenes a la clase obrera, se hallaba principalmente en las zonas rurales. De allí surgen los mineros que participan en las actividades del carbón, del cobre, de la plata y hacia fines del siglo, del salitre. No obstante, un porcentaje también importante surge de los artesanos urbanos. Es decir puede hablarse de una considerable heterogeneidad en este naciente proletariado en cuanto  a sus características esenciales, distinguiéndose diversos sectores teniendo en cuenta la rama de su actividad económica condicionante de sus formas de vida.

“La masa salarial según  el profesor Hernán Ramírez sugiere la cifra siguiente para 1870: aproximadamente unas100.000 personas, lo que representaría un 10% de la población total chilena” (Mario Garcés, Ana María Portales, 1983 , pag12)

            Esta masa laboral estaba sometida a distintas condiciones de trabajo, elemento importante de diferenciación, aun cuando en toda clase de actividades persistían jornadas de trabajo que oscilaban entre 12 a 14 horas diarias, no siendo raras las 16 horas. Aun así, es en la actividad minera donde se expresa con claridad la situación de opresión e inhumanidad a que estaba sometido el obrero.

            Otro elemento presente en sus condiciones de trabajo era la carencia y escasez de medios mecánicos para aliviar sus faenas. Hecho que no sólo ocurría en las minas, sino que se ampliaba a puertos, fábricas, talleres, y estaciones ferroviarias, donde la fuerza humana  se empleaba de modo preferente y casi exclusivo. Tampoco gozaban de precauciones que protegieran la integridad física y la salud de los obreros .Estos no tenían ninguna protección legal ante cualquier accidente, ya que los capitalistas no estaban obligados a pagar subsidios ni indemnizaciones de ninguna clase. Por otra parte, esta masa salarial no estaba compuesta sólo de hombres adultos, sino también por niños y mujeres, los cuales recibían salarios más reducidos; en general, en las minas se les pagaba la mitad que a los adultos.

Cuando se organizó el movimiento obrero en Chile su desarrolló se manifestaba con  acciones frecuentes de protesta social mientras existía una presión constante por parte del sistema imperante. Al confluir diversos factores, como los provocados a fines del siglo XIX  con el relativo despoblamiento del campo  por parte  de los campesinos y el crecimiento de las ciudades, históricamente la clase obrera fue afectada  tanto en la propiedad como en sus formas de vida y trabajo, ya que la mayor parte de la población campesina correspondía a sectores populares e indígenas que habitaban al sur del Bio-Bio.

            La organización obrera se desarrolló sin el amparo de ninguna ley lo que derivó muchas veces en represiones de la autoridad pero que no detuvieron sus avances  al aparecer los primeros sindicatos llamados “mutuales” y las “mancomunales”. Estos primeros atisbos de conformación popular que se desarrollaron en condiciones de un estado excluyente, muchas veces cobraron vidas humanas. Estos sindicatos derivaron luego en conformaciones de diferentes organizaciones como la JUNECH  (Junta Nacional de Empleados de Chile), MUNT (Movimiento Unitario Nacional de Trabajadores) y la CRUS (Comité Relacionador de Unidad Sindical. Después de varias reuniones e infortunios deciden organizarse en un sólo grupo social sindical, así nace la CUT (Centro Único de Trabajadores) que  treinta años después  cambiaria el significado de sus iniciales por Centro Unitario de Trabajadores.

            Las primeras formas de organización obrera datan de 1829. En esta fecha hay conocimiento de una sociedad de artesanos en Santiago; muy poco después, se conoce de otra del mismo género  que apareció en San Felipe. En Santiago, el grueso del artesanado estaba conformado por zapateros, panaderos, carpinteros, albañiles, sastres o sombrereros, no difiriendo en este aspecto del resto del país. La actividad de casi todos ellos se caracterizaba por la pequeña escala de producción, técnica rudimentarias, y en general, una situación poco próspera. Luego, en 1950 será con La sociedad de la igualdad que los artesanos y obreros tendrán cierta representación , el núcleo inicial de esta sociedad estuvo integrado por los socialistas románticos Santiago de Arcos, Francisco Bilbao, Manuel  Recabarren, el poeta Eusebio Lillo y Benjamin Vicuña Mackenna. En este núcleo fundador había también seis obreros, a los que se agregaron otros cuando se organizó la primera junta directiva. Entre estas personas había cuatro sastres, un zapatero, un sombrerero, un carpintero, un tipógrafo y un músico. Dos eran las tareas principales de la Sociedad y ninguna de ellas se relacionaba con la política práctica o con la lucha de partidos. La primera consistía en discutir diversos proyectos relacionados a la reforma política o al mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo. La segunda consistía en el dictado de cursos, en los que cada uno de los miembros aportaba sus conocimientos, sin distinciones ni jerarquías, Manuel Recabarren enseñaba economía política; Francisco Bilbao, filosofía; Arcos tomaba temas políticos, etc.

El programa de esta sociedad, en la primera fase, se definió, como expresa Vicuña Mackenna,”mas socialista que democrático, mas revolucionario que político”.El objetivo inmediato seguía siendo la reforma electoral y la lucha por la libertad y la justicia, se definía como revolucionario pero no violento y, reafirmando su fe en las ideas y la propaganda, proponía una revolución pacífica. Organizar y educar al pueblo eran los caminos para una revolución pacifica pero profunda de la sociedad  y para ello era necesario “ilustrar al pueblo”, dándole una instrucción gratuita; inculcar  el principio del amor y la fraternidad. (Declaración de la Sociedad de la Igualdad al Intendente de Santiago, Noviembre de 1850).

Desde octubre del año de inicio de la sociedad, esta apareció definitivamente volcada  a la lucha política: encabezaba la oposición liberal que se adueño de su dirección, a ella ingresaron todos los dirigentes opositores y, en esta segunda fase  de su existencia se dedicó a la agitación callejera. Incluso llego a  vincularse, a principios de noviembre, con el motín de San Felipe. El 7 de noviembre de 1850, el gobierno declaró el Estado de Sitio; disolviendo la Sociedad de la Igualdad deteniendo a muchos de sus dirigentes. En su evolución posterior, el grupo continúo apartándose de las líneas originarias; apoyó primero un golpe militar, en el que la participación  popular fracasó, y luego la candidatura de un general conservador. Se cerraba así esta primera experiencia de convocatoria política a los artesanos..

“Sin embargo, un pequeño avance se logra: los “subversivos” editan un periódico dirigido por Eusebio Lillo, el que llega a manos  de algunos pequeños grupos. De allí nacerán dirigentes que, si bien es cierto, no juegan un papel esencial en el desarrollo posterior del movimiento obrero, al menos en su tiempo procuran agitar las conciencias y siembran la semilla.”(Patricio Manns, 1976, pag 11)

En síntesis, lo característico de La Sociedad de la Igualdad en su primera fase fue la gran confianza en la pedagogía y en los resultados que se podían obtener a largo plazo, desechando la posibilidad de constituir un movimiento masivo que obtuviera rápidos resultados electorales. Posteriormente incursionó en el terreno político, no dejando testimonio de una movilización independiente  de los artesanos para conseguir objetivos propios. Abre sí nuevos caminos de acción, que se expresan en 1853 en la constitución de la Unión de Tipógrafos,  iniciándse el movimiento mutualista[1]
El desarrollo de la organización obrera, ya sea en el campo recreativo, cultural, de ayuda mutua, reivindicativo o político, va gestando entre los trabajadores una conciencia propia y distintiva de otros grupos sociales. Desde su situación de obreros, se va levantando una propia visión de mundo, obrera y popular. Esto significa que se plantea con claridad una denuncia de la injusticia del mundo en que se vive y se visualiza un mundo justo en el cual se quiere vivir.
Se sucedieron huelgas de obreros portuarios exigiendo mejoramiento de salarios. Ante la negativa de las compañías, se produjo una gran agitación social y la huelga culminaría en enfrentamientos con la policía y el incendio de la Compañía Sudamericana de vapores. Mueren alrededor de 50 obreros y 200 quedan heridos. Aunque antes sucedieron otras huelgas en el país, esta sería la primera de proporciones y con enfrentamientos violentos.

”Protesta masiva por la carestía de la vida, expresada en el rechazo de los trabajadores al impuesto a la importación de ganado Argentino. Este impuesto favorecía a los terratenientes y encarecía la carne. El movimiento duró varios días con manifestaciones callejeras, duros enfrentamientos entre el pueblo y la policía y destrozos de consideración” (Mario Garcés, Pedro Milos, Ana Tironi, 1983, p. 23)

En diciembre de 1907 se desencadenaba una gran huelga minera en el norte. Los obreros salitreros se oponían al pago en fichas y pedían condiciones de vida menos miserables. Según recientes estudios, habrían participado unos 30.000 trabajadores en el movimiento. Las expresiones orgánicas de la clase obrera eran muy variadas. Para facilitar la comprensión, se pueden distinguir tres niveles de expresión orgánica: de base, nacionales y políticas: Las organizaciones de base eran de carácter social o gremial, principalmente reivindicativas. Las organizaciones nacionales se caracterizaban por ser reivindicativas en lo social y económico, a la vez que intentaban agrupar a las organizaciones de base en federaciones nacionales. Por último, las organizaciones políticas, a partir de la realidad de los sectores obreros, se constituyeron en partidos que intentaban expresar los intereses de transformación social global.

La Foch, La Gran Federación  Obrera de Chile (1909), se fundó bajo la iniciativa del abogado  Martín Pinuer, con la participación de los sindicatos de obreros: 
“Esta organización estaba basada en los principios de colaboración de clases con el Estado y tenía fines de asistencia social y de mejoramiento económico y perfeccionamiento moral e intelectual de sus integrantes” (http://historiadelmovimientoobrerochileno.blogspot.com/). Al principio esta organización tuvo una tendencia apolítica pero pasó a poseer un proyecto revolucionario, inspirado en la Revolución Rusa de 1917, siendo su principal exponente  Emilio Recabarren. Luego de peleas internas entre éste y Pinuer, debido a concepciones distintas de lo que debía apoyar la federación, (motivo por el cual se separaron), Recabarren propuso: “su proyecto histórico de cambio social y avanzar hacia la unidad de la clase trabajadora a través de la organización y autoeducación. Para la FOCH la educación de los trabajadores es una herramienta fundamental”(www.cutchile.cl, Historia de la CUT, p.2) y pasó a llamarse simplemente Federación Obrera de Chile.

En 1921 durante el gobierno de Arturo Alessandri Palma, se envía un proyecto de ley al parlamento de sindicalización legal, con el fin de controlar los sindicatos que habían surgido hasta ese entonces, así los patrones o empresarios “podrían controlar los movimientos  desde adentro”, este proyecto quedó en el olvido hasta 1925 cuando los militares irrumpieron en el poder y despacharon las leyes que estaban pendientes en el parlamento. Aunque esto puede ser considerado un gran avance, no fue tomado con agrado entre los sindicalistas. Así la FOCH comenzaba a debilitarse entre otros factores por no unirse como un sindicato legal. Así que entre el 25 y 27de diciembre de 1937, se reunieron los distintos sindicatos de obreros y formaron la CTCH, la Confederación de Trabajadores de Chile que proponía en su primer Congreso Constituyente que:

Los trabajadores chilenos se unen en un proyecto social, político y cultural para el país.  La Confederación de Trabajadores de Chile luchará por la defensa de las libertades que establece la Constitución política del Estado; la defensa de la legislación laboral y la defensa de nuevas leyes que mejoren las condiciones de vida y de trabajo.  La educación pública en forma gratuita; la alfabetización y la formación sindical.”

   Por casi 10 años, a partir de su fundación en 1936, la CTCH fue la principal organización de los trabajadores chilenos. Su existencia estuvo estrechamente ligada a la evolución política del período de frentes populares. Pero esta organización se acabó  debido  a la dependencia que tenía con los partidos políticos lo que provocaría el quiebre. Para que finalmente durante el gobierno de Gabriel González Videla (1948) se promulgará la conocida “Ley Maldita” que significaría un retroceso en todo lo que se había logrado acerca de movimientos sindicales. Al mismo tiempo, la clase media compuesta por empleados públicos comenzó a organizarse y formaron sindicatos. En todo el país existió una proliferación de sindicatos que causaría más debilitamiento a la idea de sociedad justa para todos que se tenía, por lo que se terminó  llamando a Consenso Nacional y se formó la CUT (Central Única de trabajadores).

Desde la constitución de la Central Única de Trabajadores, entre los días 12 y 16 de febrero de 1953, momento en que fue elegido Clotario Blest como su Presidente, el movimiento sindical presenció el más importante hito de su historia, entregándole nuevas fuerzas al movimiento que venía desuniéndose a causa de dirigentes reaccionarios, gobiernos represivos y políticas profundamente populistas, como las de Ibáñez, que finalmente ordenó encarcelar al presidente sindicalista fundador de la CUT. Ya instalada con fuerza, la CUT logró por medio de un masivo Paro General la liberación de Blest al año siguiente. Un año después, con todos sus representantes activos se convocó la mayor Huelga General conocida en la historia del sindicalismo en Chile. Más de un millón doscientos mil trabajadores adhirieron a la convocatoria de la CUT y paralizaron casi todas sus actividades. Huelga que se caracterizó por las ocupaciones de fábricas. (Vitale, 1996)

Entre sus primeros años, Clotario Blest, como cabeza de la CUT, debió enfrentar notables diferencias con los partidos políticos, pues este movimiento social sindicalista estaba conformado en sus bases por dirigentes independientes, quienes se resistían al control por parte del partidismo político. Pero a pesar de las serias diferencias de forma entre partidos y la CUT, ésta contó desde sus inicios con la mayor cantidad de afiliados en proporción al número de trabajadores. (Jorge Barría, 1971)

Durante la mitad de la década del sesenta, ya la CUT sobrepasaba los 350.000 miembros. Los sindicatos más numerosos eran los mineros, con sus federaciones del salitre, carbón y cobre (45 mil), metalúrgica (12 mil), textil , cuero y calzado (23 mil), ferroviaria (24 mil), ANEF (22 mil), trabajadores de la salud (26 mil), educadores (30 mil), obreros municipales (10 mil). (Luis Vitale, 1996, pp. 30-31). En noviembre del 62 en plena huelga convocada por la CUT, el gobierno de Jorge Alessandri ordenó la masacre de la población José María Caro. Luego, en 1966 estallaron 229 huelgas de trabajadores agrícolas que forzaron al gobierno a dictar la ley de la Reforma Agraria. Las turbulencias sociales y políticas posteriores al mayo francés se ven potenciadas en Chile cuando amplios sectores gremiales y sindicales, como Correos, Telégrafos, el Servicio Nacional de Salud y casi la totalidad del profesorado de Educación básica y media, planteaban sus peticiones sociales y económicas, manteniendo incluso prolongadas huelgas y paros. Así también en el sector privado se registraron movilizaciones, como en la CAP, minería y salitreras, etc.
Hacia fines de la década del 60, la CUT ya contaba con una base sindical muy amplia, unificaba a trabajadores de la industria y de servicios, junto con campesinos al unir a los sectores de izquierda con aquellos sindicalistas ligados a la democracia cristiana, situación que le entrega mayores fuerzas al movimiento. Aunque durante este tiempo el movimiento sindical debió enfrentarse a las intenciones de grupos políticos de centro de instalar alguna fuerza paralela como la Unidad de Trabajadores de Chile. De todos modos se lograría concretar con gran energía su Quinto Congreso Nacional ordinario[2]. (Jorge Barría, 1971, pp. 40-45)

El día 4 de septiembre de 1970, triunfó en las elecciones presidenciales el candidato de la Unidad Popular, Salvador Allende, iniciando un nuevo proceso. La CUT se compromete al máximo con el Gobierno incorporando al gabinete a varios de sus dirigentes aunque esto significaría perder importantes grados de autonomía. En la CUT durante los tres años que duraría el proyecto de la UP, se logró mayor presencia nacional y su base sindical se amplió a más de un millón de afiliados, pues se aplicó una nueva forma de participación en las empresas del área social. Los trabajadores tenían la facultad de aplicar el control obrero en sus fábricas y la administración de estás por medio de asambleas, donde se podían discutir las mejores técnicas de administración y producción obrera. Estos logros políticos y la participación de los trabajadores en la conducción de las empresas fueron gracias al proceso de democratización sindical, única en la historia del sindicalismo en Chile, pues permitió el aumento al 27% en el sector privado y a más del 90% en el sector estatal y público. (Jorge Barría, 1971) La CUT se transformaría así en una relevante base social para el Gobierno. Sería a través de ella que se enfrentó  la fuerte reacción empresarial y de la derecha política que se resistió y opuso furiosamente a los cambios que el país necesitaba.

Durante el Gobierno de Salvador Allende la CUT obtiene su personalidad jurídica. En 1972 se realizaron elecciones directas en la CUT, eligiendo a los dirigentes nacionales democráticamente. Los trabajadores votaron en cada sitio de trabajo y más de un millón de votantes actuaron para elegir a sus representantes. También durante ese año se consolidaron los cordones industriales, como organismos de coordinación a nivel territorial. Eran formados en cada sector o comuna por diversos sindicatos de variadas ramas industriales sin importar la afiliación respectiva a la CUT (entro de los más emblemáticos estaban los Cordones de Vicuña Mackenna y de Cerrillos). La idea de esta organización de trabajadores era coordinar, en conjunto con los Comandos Comunales, las ideas para unir fuerzas políticas con los pobladores. En octubre de este mismo año ante el paro patronal contra el gobierno de Allende los trabajadores abrieron los candados para poner en funcionamiento la producción, esta situación se transformó en un fenómeno inédito en la historia del movimiento sindical mundial. (Vitale, 1996, pp. 34)
En Junio del 73, como antecedente al golpe del mes de septiembre, los trabajadores se movilizaron contra el “tanquetazo”. Tres meses después Pinochet derrocaba a Salvador Allende y comenzaba la represión contra la ciudadanía, la persecución hacia los militantes de izquierda y el aplastamiento de los sindicatos. .“Junta Militar, septiembre de 1973;cancélese la personalidad jurídica de la CUT”,bando Nº 36.  Suprímase la petición de pliego de peticiones, Elimínese los permisos sindicales”. En mayo de 1974 la Junta Militar intentó crear una Central Sindical pro-dictadura e incondicional a ésta pero fracasó rotundamente. En julio de 1976 es detenido y hecho desaparecer por agentes de la Dictadura el dirigente de los profesores Juan Gianelli, quién había sido uno de los fundadores de la Coordinadora Nacional Sindical. En 1977 el Cardenal Raúl Silva Henríquez crearía la Vicaría Pastoral Obrera a cargo de Monseñor Alfonso Baeza, quien entregó un amplio respaldo al trabajo de la Coordinadora Nacional Sindical. El 1º de mayo de 1978, la Coordinadora Nacional Sindical, hizo su primera aparición pública desencadenándose una fuerte represión de los agentes del régimen. Fue encarcelado Clotario Blest y estalló la Huelga en el sindicato de Chuquicamata. (Vitale, 1996)

Por esa época la Dictadura comenzaba a desarrollar su proyecto de refundación neoliberal pero son vencidos en las elecciones sindicales a nivel nacional, derrotando los trabajadores a los candidatos respaldados por la dictadura. Ese año se deroga un gran número de artículos del Código del Trabajo y se impone el decreto 220, más tarde sería conocido como el Plan Laboral, eliminando de la legislación grandes conquistas laborales y sociales de los trabajadores chilenos. Posteriormente, en el 79 se impone a la fuerza la ley sobre Contrato Colectivo. Ante los graves sucesos que ocurrían en manos de los militares los sindicatos llamaron a la abstención en la votación sobre la constitución propuesta por la Junta Militar. En el año 1981 cuando se produce la Reforma Previsional, se impone la privatización de los Fondos de Pensiones, luego vendría la privatización de la salud y la educación; la supresión de los Colegios Profesionales y los Tribunales del Trabajo. De este modo se destruyeron  más de 50 años de historia y de luchas sindicales y se acabó con los veinte años de reivindicaciones que propuso la CUT; Chile pasó de ser un Estado protector a un Estado simplemente subsidiario. La Dictadura de Pinochet instaló las bases para la experimentación norteamericana del modelo neoliberal, que en un periodo de 8 años, condenó a los pobladores y trabajadores del país a un empobrecimiento generalizado.

Pero frente a las medidas represivas pronto emergería una nueva rearticulación del movimiento sindical concretándose con la fundación de la Central Unitaria de Trabajadores. Así es como a fines de 1981 comienza a reorganizarse el campesinado, creando la Agrupación de Sindicatos de Nelhuén. Comienzan huelgas prolongadas de empresas como Panal e IRT. En 1982 ante la disminución de los beneficios en salas cuna, comedores y movilización y la rebaja de las remuneraciones por la Ley N°18184, se crean el Comando Nacional de Trabajadores y la Intersindical Metropolitana de Santiago que se extenderá a Valparaíso y Concepción. (Vitale, 1996) Frente a esta rearticulación la represión del gobierno se ensañará más aún con los trabajadores. El dirigente Tucapel Jiménez llamará fervientemente a la unidad del pueblo de Chile y sus trabajadores. El estableció los primeros contactos formales entre la Coordinadora y las demás expresiones sindicales. Pero el 25 de febrero de 1982, agentes del Estado asesinaron brutalmente a Tucapel Jiménez, Presidente de la ANEF. 

En diciembre de ese mismo año, en un acto llamado por la Coordinadora Nacional Sindical en la Plaza Artesanos, el régimen fascista agredía violentamente a lo participantes por medio de sus órganos represores, carabineros y militares.  Pero la activa participación de los trabajadores en las marchas de protesta del 83 junto a los pobladores formó la columna vertebral de la resistencia. Se creó la Federación de trabajadores de Maipú y luego el Comando Nacional de Trabajadores, presidido por Rodolfo Seguel y formado por la Coordinadora Nacional Sindical, la Confederación de Trabajadores del Cobre; la Confederación de Trabajadores Particulares de Chile, el Frente Unitario de Trabajadores y la Unión Democrática de Trabajadores.  

Se convocó entonces a un paro nacional, que más tarde se convertiría en protesta nacional. El primer Paro General contra la dictadura. Sería el inicio del movimiento de protestas con una sucesión de paros encabezados por el Comando. Hacia el año 1984 se realizaron importantes actos en la antigua CUT, se creaba el MSU y amplios sectores de trabajadores participaban en las marchas de septiembre. Hacia el año 1985, el movimiento de protestas estaba claramente fortalecido y la Dictadura acorralada, echando mano nuevamente a la represión, son miles los trabajadores y pobladores, que fueron amedrentados, maltratados y vejados. El mismo año 1987 en que el Papa visitó el país, la Coordinadora realizó su octava Asamblea decidiendo su disolución para plantearla al Comando Nacional de Trabajadores y avanzar hacia la formación de la Central Unitaria de Trabajadores. El 20 y 21 de agosto de 1988 se fundaba la Central Unitaria de Trabajadores, heredera de la antigua CUT.  Manuel Bustos fue electo Presidente y Clotario Blest nombrado Presidente Honorario. 

Con la Fundación de la CUT culminaban 15 años de trabajo por la reconstrucción y rearticulación del sindicalismo y búsqueda de la unidad sindical. Pero durante los primeros años de la década de los 90, la CUT entraría en una profunda crisis. A la vuelta de la democracia, el país dio cuenta de movimientos sindicales diminuidos y desarticulados, que a lo largo de todos los gobiernos democráticos no pudo hacer notar una presencia significativa. Esta falta de presencia no pudo manifestar avances notorios en el campo de los derechos sindicales, y permitió que el país se viera fuertemente influenciado por el capitalismo en donde existe una preponderancia a negar el valor del trabajo humano,  la CUT no ha podido presentar un real freno a este proceso desde entonces.

“La CUT ha sido testigo de como se fue instalando un modelo económico que niega el valor del trabajo humano, desvalorándolo en beneficio del capital como un absoluto, determinante del proceso productivo. Sin embargo, se ha mostrado incapaz de dinamizar una reacción consistente en la reposición de su voz como interlocutora válida, en el debate y en la acción, frente a los gremios empresariales y al gobierno.” (Angelcos G, “CUT: pasado, presente y futuro, 27 de agosto de 2007, del sitio web centro avances.

La disminución sindical no hace referencia a una baja en el número de sindicatos, de hecho desde que se restauró la democracia su número ha aumentado, sino que se refiere a una baja en la cantidad de afididos, lo que conlleva que la CUT  ha perdido representatividad, en los últimos años. Hay que ver la diferencia que existe entre los afiliados del sector público y privado, y contrario a lo que se cree el sector privado tiene mas afiliados que el publico, “no es efectiva la crítica empresarial que tiende a caracterizar a la CUT como una organización integrada, en su mayor parte, por funcionarios del Estado” (Frías, 2000-2001, Cuaderno de Investigación N° 19) Pero si bien no se puede acusar a la CUT, de estar integrada por el estado, esto no quiere decir que represente a todos los trabajadores de Chile, ya que si bien los sindicatos han aumentado su fuerza, la CUT no, la actual no ha podido tener la relevancia social que tenía su antecesora, puede ser por diversos motivos, pero sea cual sea, la CUT hoy por hoy no es lo que fue en el pasado.

Hay un conjunto de elementos que pueden caracterizar su debilidad como institución frente a sus antitesis, la falta de liderazgo y legitimación de sus dirigentes ante sus pares, los trabajadores. La débil y conciliadora legislación laboral vigente para facilitar el derecho de sindicalización. La pérdida de conciencia de los trabajadores en sus espacios laborales para defender sus reivindicaciones. La escasa capacidad de convocatoria de la organización sindical para generar un movimiento destinado a revertir las injusticias sociales que se viven a diario en los centros neurálgicos de trabajo. (Angelcos G, “CUT: pasado, presente y futuro, 27 de agosto de 2007, del sitio web centro avances.

Durante la  organización de  la clase obrera en Chile el obrero siempre ha sido un actor social, ya que ha sido consciente de su situación laboral, de salud, y familiar. A esto hemos llamado comúnmente la “Cuestión Social”, pues el actor social ha buscado intervenir en su historia organizándose a través de movimientos, mutuales, mancomunales hasta conformar los sindicatos modernos como organizaciones complejas. El sindicalismo contribuyó y fue actor principal en la derrota de la Dictadura.  El plebiscito del 5 de octubre de 1988 y la elección presidencial del 11 de diciembre de 1989, marcaron el retorno definitivo a la democracia representativa, pero las esperanzas de justicia social en nuestra sociedad, a las que la CUT adhirió con un fuerte compromiso, no se consolidaron en esta democracia.

Referencias

Angelcos G, “CUT: pasado, presente y futuro, 27 de agosto de 2007, del sitio web centro avances.

Barría Jorge. (1971) Historia de la CUT. Ed. Prensa Latinoamericana. Santiago, Chile
                                                                             
Frías, P. (2002). “Las Reformas Laborales y su impacto en las relaciones laborales en Chile 2000-2001” Cuaderno de Investigación N° 19. Departamento de Estudios. Dirección del Trabajo. Santiago de Chile.

Garcés M., Milos P. y Tironi A. (1983) Historia del movimiento obrero tomo II, El frente popular y la confederación de trabajadores de chile. Ed.Taller nueva historia. Univ. De Texas.

Mans P., (1972) El movimiento obrero, editora nacional Quimantú. Stgo. Chile

Vitale Luis, (1996).Cronología comentada del Movimiento Sindical de Mujeres en Chile y del Movimiento Sindical Chileno. (ed. Bunsift). Stgo. LOM ediciones.

Vitale L, Historia del Movimiento Obrero Chileno








[1] Las mutuales se pueden definir como sociedades de socorros mutuos, como organismos de autodefensa de los trabajadores que fomentaban el ahorro y asistían a sus asociados en casos de enfermedades, accidentes etc.; también facilitaban prestamos, cuotas mortuorias y otros beneficios. Junto con estos objetivos exclusivamente económicos, las mutuales se proponían una serie de objetivos culturales, ya que insistían en la necesidad que el obrero se eduque y moralice desterrando los vicios (como el alcohol). La primera entidad conocida de carácter propiamente mutualista, es la que organizan los tipógrafos en 1853: Sociedad de tipógrafos de Chile, la cual se debe a la iniciativa del obrero peruano Victorino Laínez junto a otros tipógrafos chilenos. Su objetivo era reunir fondos de previsión y dar educación gratuita. A pesar de su carácter apolítico, se  dictó su disolución inmediata y se allanó el local, encarcelándose a sus dirigentes y desterrando a Talca a su fundador .En 1869 será reorganizada por Buenaventura Morán, con el nombre de Sociedad “Unión de tipógrafos”.
El 12 de enero de 1862 aparece la “Sociedad Unión de Artesanos”, fundada por Fermín Vivaceta.

La idea de defensa de la vida y el trabajo esta ligada a la incorporación a la sociedad. El trabajador debe incorporarse, como un ciudadano más, a los deberes y derechos sociales. Debe participar de la sociedad en que vive, de su dirección y obligaciones, debe preocuparse por el destino del país. El modo de llegar a esto es mediante la instrucción (educación) y, por cierto, a través de la asociación, que es la forma por la cual pueden hacer oír su voz, hacer pesar su voto. El gran desarrollo de las mancomunales será unos de los principales aportes al movimiento obrero de este periodo.

                La mancomunal aparece como una combinación entre mutualismo y sindicalismo. Por una parte, protege  a sus asociados y fomenta la solidaridad obrera, cumpliendo funciones mutualistas. Por otro lado, organiza a los obreros y los defiende frente a los patrones, constituyéndose así en una de las primeras formas de sindicato, también la mancomunal se entiende como una instancia educativa y formativa para la clase obrera. Para estos fines, contaría con un periódico. Las mancomunales nacieron en los puertos de la región salitrera y la zona del carbón, para extenderse posteriormente hacia  el interior. En 1900, en Iquique, se constituyó la primera “Combinación Mancomunal”, que fue el punto de partida para su extensión por todo el norte salitrero. En 1904, se celebra en Santiago la primera Convención Mancomunal, a la que asisten 15 organizaciones, representando a unos 20.000 afiliados.

[2] Declaración de principios de la CUT:

"La Central Única de Trabajadores declara: Que el régimen capitalista actual, fundado en la propiedad privada de la tierra, de los instrumentos y medios de producción y en la explotación del hombre por el hombre, que divide a la sociedad en clases antagónicas: explotados y explotadores, debe ser sustituido por un régimen económico ‑social que liquide la propiedad privada hasta llegar a la sociedad sin clases, en la que se asegure al hombre y a la humanidad su pleno desarrollo”.

                 "Que el Estado capitalista es una expresión de la lucha de clases, y por lo tanto, mientras subsista el capitalismo en cualquiera de sus formas, éste será instrumento de explotación”.

                
"Que frente al régimen capitalista, la Central Única de Trabajadores realizará una acción reivindicativa encuadrada dentro de los principios y métodos de la lucha de clases, conservando su plena independencia de todos los gobiernos y sectarismo políticos y partidarios. Sin embargo, la Central Única no es una central apolítica, por el contrario, representa la conjunción de todos los sectores de las masas trabajadoras. Su acción emancipadora la desarrollará por sobre los partidos políticos a fin de mantener su cohesión orgánica".

                 "Que la Central Única de Trabajadores tiene como finalidad primordial la organización de todos los trabajadores de la ciudad y del campo sin distinciones de credos políticos, religiosos, nacionalidad, color, sexo o edad para la lucha contra la explotación del hombre por el hombre, hasta llegar al socialismo integral".

                "Que la Central Única de Trabajadores considera que la lucha sindical es parte integral del movimiento general de clases del proletariado y de las masas explotadas y en esta virtud no puede ni debe permanecer neutral en la lucha social y debe asumir el rol de dirección que le corresponde. En consecuencia, declara que los sindicatos son órganos de defensa de los intereses y fines de los trabajadores dentro del sistema capitalista. Pero, al mismo tiempo, son organismos clasistas de lucha que se señalan como meta para la emancipación económica de los mismos, o sea, la transformación socialista de la sociedad, la abolición de las clases y la organización de la vida humana mediante la supresión del Estado opresor".



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