martes, 23 de octubre de 2012

Rashomon (1950) Akira Kurosawa




En las ruinas de Rashomon se engendra la locura, los hombres están indefensos frente a lo implacable de la naturaleza. La lluvia los atrapa y los fuerza a cuestionarse sobre la bondad y la crueldad humana sin entender las acciones de los hombres. El pesimismo se apodera de los indefensos pues ya no existe la fe en la condición humana. La desconfianza y el egoísmo de los hombres da paso a la lucha por la redención y el perdón. 
Guarecidos de la lluvia bajo las ruinas de un templo coinciden un sacerdote budista y un leñador que se mortificaban por los acontecimientos de los cuales fueron testigos sin entender nada. Llega junto a ellos un peregrino, sorprendido y más confundido aún por las reacciones de los otros hombres, consigue que le relaten la historia  luego de varias negativas.
En una segunda linea narrativa (flashback) es el leñador quien primero cuenta su versión que comienza el día en que al pasear por el bosque encuentra los rastros de un crimen, el asesinato de un hombre. Inmediatamente se apresura a declarar los hechos frente a la policía. Una tercera línea narrativa en forma de declaración pero compuesta visualmente por el hombre arrodillado frente a la cámara dialogando con la autoridad fuera de campo. Pero al no estar completa esta versión será el sacerdote quien intervenga en el relato. La segunda linea narrativa habla ahora sobre lo acontecido en el bosque pero observado indirectamente por el sacerdote, cuando se encuentra con la pareja en un camino del bosque. Pero a estos hombres les faltaba información por lo que no lo graban entender los desenlaces. ya que las declaraciones posteriores serían totalmente contradictorias. 
En la declaración frente a las autoridades llega un nuevo personaje, un hombre que habría apresado al afamado bandido Tajomaru, indicado como el autor del asesinato. La versión del bandido empieza cuando se encuentra con la pareja en el bosque mientras dormitaba a una orilla del camino y luego decide embaucar al guerrero por el encantamiento que sufriese al contemplar a la mujer, culpando de ello al viento, al calor y la humedad  Luego de alejar al hombre de su esposa Tajomaru lo somete y ata a un árbol,  llevará luego a la mujer embaucada y la atacará sexualmente, la mujer accedería y juntos consumirían la traición. Frente a la desesperación de la mujer, ante la humillación y vergüenza que representa, decide soltar a quien permaneciese apresado presenciando todo. Así se da inicio a una lucha por el honor y en venganza de su mujer el guerrero atacaría al bandido sin éxito siendo abatido finalmente. Luego Tajomaru huye robando el caballo y dejando a la mujer a su suerte, siendo apresado a las horas después.
Luego de este relato se sucede la desesperación de los testigos ya que las contradicciones de los testigos directos desatarán la mentira. Era el tiempo de la mujer, sobreviviente al ataque que narra la captura de su esposo, la posterior violación contra su voluntad, hecho que provoca la repugnancia y desprecio de su marido. La mujer declara haber perdido la conciencia ante tal desesperación y encontrar a su esposo muerto al despertar. Este relato incongruente de la historia  se complejiza aún más ante la negativa del leñador ya que no puede creer lo que había escuchado más aún frente a la seguridad del sacerdote por sus valores religiosos, Reafirmando la bondad en aquel lugar poseído por las fuerzas de la naturaleza y otras deidades.
Ya que el guerrero estaba en el otro mundo fue necesaria la ayuda de una medium para contactarse con él y poder declarar, pues los muertos no pueden mentir según el sacerdote. Desde la oscuridad del pecado se comunica el muerto y acusa la traición, pero esta vez es la mujer quien incita a la venganza y opone a ambos hombres a que se disputen su amor, pero al decidir marcharse con el bandido le ordena matar a su esposo para ser libre. Hasta el mismo Tajomaru siente repulsión por aquella traición y termina con su vida sin oposición del esposo. Esa fue su venganza y la unica forma de restablecer su honor fue con el suicidio quedando atrapado en la oscuridad y el dolor eterno.
De vuelta al relato inicial el temor y desconcierto entre los hombre es total, pues el demonio vive en los hombres y habita en Rashomon seguramente junto a todo lo horrible de la condición humana.
Pero faltaba un relato, de quien no quiso hablar antes por temor a ser castigado. El leñador efectivamente había presenciado los hechos tal cual habían sucedido y de ahí su incertidumbre y su sufrimiento por no comprender las mentiras de los hombres. 
El leñador lo vio y escuchó todo, escondido tras los arboles, Luego de la violación de la mujer, ella deja la decisión de su futuro en manos de los hombres y aunque lograra liberar a su marido este se opone rotundamente a arriesgar su vida por una mujer impura, desprecia el combate y a la mujer, pero ella reacciona frente a esta vergüenza y crueldad y encara a los hombres denigrándolos ya que ninguno tendría el honor suficiente para estar con ella, que ella ya cansada de la vida de casada y ante una mejor opción para cambiar su vida, había optado por alguien tan despreciable como el bandido. Esta reacción fue inesperada para los hombres quienes incitados por la actitud beligerante de la mujer deciden luchar no por honor sino por temor al otro. 
Se desenmascaran los estereotipos clásicos  las figuras heroicas y románticas y quedan descubiertas las más certeras conductas humanas frente al peligro y la traición, desmitificando la moral de una cultura basada en proclamas de heroísmo y valor.
Causado por la aparición de un bebé abandonado y el conflicto ante el robo del kimono, el peregrino aprovechando la situación enfrenta al leñador y le descubre, desvalorizando todo su discurro moral. Quien sufría por la miseria humana no reconocía su delito. Había robado una valiosa daga de la escena del crimen. Finaliza el relato bajo las ruinas donde la desesperanza hacia la naturaleza humana puede transformarse ante las buenas intenciones de algunos sujetos, el bebé que recogen y el robo del kimono, demostraban lo peor y lo mejor de las acciones del hombre, el abandono, la maldad y el egoísmo en oposición a la confianza recobrada por la redención del leñador quien sin importarle lo difícil que pueda ser decide cuidar al indefenso  Esa es la redención humana, que frente a actos mínimos se refleja mucho mejor que ante actos grandilocuentes de falso honor y valores trastocados.

El antiguo Japón del siglo XII es el escenario ideal para representar esta historia de traicones y de batallas por el honor perdido...

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