RESUMEN
Mediante la revisión de la crítica de cine
publicada en el diario La Tercera, se
ha propuesto que la producción de sus
discursos y modalidades debe ser entendida como modos de producir análisis,
opiniones y apreciaciones que evidencian el juicio y el gusto del sujeto crítico,
lo que supone la capacidad de reflejar a través de ella ciertos modos de ver el
cine presentes durante este contexto socio-político.
Esta investigación
por lo tanto se propuso identificar, caracterizar y determinar los textos que
permitiesen categorizar los criterios y modos de ver el cine publicados por los
críticos en este medio en particular. También se delimitó el objeto de estudio a
este periodo de Dictadura ya que se apeló a la posible relación entre la
creación cinematográfica y la reflexión crítica presente en este tipo de
material, basado en que los juicios sobre cine serían parte de un discurso crítico,considerado
como un modo de ver que ha experimentado transformaciones y perfeccionamientos
constantes, determinados por el contexto político chileno en diálogo permanente
con la cultura cinematográfica (Stange y Salinas, 2011).
El instrumento propuesto para el
análisis de datos en este proyecto, fue en base a una herramienta de
investigación de matrices que, según los objetivos del proyecto, nos
ayudó a desarrollar la muestra, delimitada por criterios de aparición de
codificadores. Para reconocer una posible tendencia en el discurso crítico en
lo referente a las operaciones particulares o modos de ver de la crítica
cinematográfica, se planteó crear la matriz a partir del
marco teórico, identificando alusiones de contexto;
producción o propuestas de análisis fílmico, que permitieron aclarar
la existencia de juicios estéticos; argumentos de valoración o referencias al
contexto socio-histórico de la producción fílmica chilena.
CRÍTICA
El cine entendido como campo cultural, sería
aquel donde las dimensiones que lo configuran, determinan las percepciones y
concepciones de cada uno de los actores involucrados, delimitando a las
películas, así como a la crítica de cine (Bourdieu, 2002). Por ende,aplicado a
la crítica desarrollada en los años de Dictadura - por quienes se desenvolvían ya
sea a través de una formación periodística o desde la crítica cultural -, se supone la
consolidación de una idea preliminar que describe a la función de la crítica de
cine en diarios como una mediación entre el film y el público.Ésta tendría variantes
que posicionarían al crítico como un formador del público erudito o lector de
revistas especializadas, así también como a un crítico-tutor, que orientaría al
espectador sin conocimientos, el que por lo general acudiría a los diarios.
Este desarrollo modificó la forma de hacer
crítica de cine, ya no sólo informativa o periodística pues la crítica como una
práctica cultural ha sido susceptible a las determinaciones ideológicas y teóricas
de cada época, influyendo en los modos de comprensión y apreciación cinematográfica
de los críticos, (Salinas M. &Stange M., 2011).
Para identificar cuáles eran los modos de ver
presentes en la crítica cinematográfica, fue necesario comparar los rasgos y
características de los modos de ver de ésta, para entonces reconocer una
posible tendencia en el discurso del crítico en lo referente a las operaciones
particulares de la crítica. En cuanto a los modos de ver, podemos adelantar que
se lograron identificar mayormente elementos narrativos y argumentales de las
obras cinematográficas por sobre los estéticos, propios del lenguaje
cinematográfico. Predominaron la función orientadora por sobre las tutoras o
instructivas, al estar destinada principalmente a informar al público masivo
sobre producciones cinematográficas estrenadas periódicamente, al mismo tiempo
que exhibía una visión del cine más
ligada al entretenimiento y al espectáculo.
Se ha identificado una regularidad en el trabajo de algunos críticos de
cine que desarrollaron de una manera mucho más completa su labor mientras mayor
era su conocimiento de la disciplina, que ha dejado señales de un fecundo
trabajo crítico donde es posible reconocer variados elementos presentes
en este tipo de textos. Mayormente se han encontrado textos en donde se
relacionan adecuadamente los elementos del argumento y el tema de la película,
que tienden a influir directamente en la apreciación del receptor público.
Configurándose como determinantes los factores que inciden en la estética de la
obra criticada, no así el contexto socio-político, que en la mayoría de las
veces no es implícito; lo no referenciado se torna una tendencia que logra dar
pistas sobre la situación que hegemonizaba la producción cultural en los medios
de comunicación, puesto que los datos de producción y de cultura de origen del
realizador se presentaron como factores mucho más presentes y relevantes al
momento del análisis crítico que las condiciones ambientales del crítico
cinematográfico.
Los resultados de la revisión aplicada al diario La Tercera arrojan que a partir de 1975 se establece una columna
denominada Crítica de Cine a cargo
principalmente de Gladys Pinto. Esta autora se instaló durante 1974-1989 como la más
recurrente durante este período, al comprobarse un promedio de 6 criticas
mensuales durante este lapso de 15 años.Crítica de cine aparece como una columna enmarcada invariablemente dentro de la sección
Espectáculos, junto a noticias de teatro, música, danza, ciclos de cine
y televisión pero sin un día fijo de publicación.
La estructura de los textos críticos más recurrente que se ha
identificado en la muestra,corresponde a una columna subdividida en cuatro
bloques entrelazados. Un primer bloque, por lo general, describe al autor y su
trayectoria, citando obras anteriores que evidencian cierto desarrollo temático
en sus creaciones. Un segundo bloque sigue regularmente con la descripción de
la obra destacando la importancia y renombre de los protagonistas, recordando
sus galardones o anteriores apariciones, y la relación de la obra con el
contexto en que fue creada y ambientada. Un tercer bloque continúa,habitualmente,con
un comentario argumental, describiendo situaciones de la película, y prosigue
con una valoración hacia sus intérpretes con comentarios alusivos a su
relevancia o aporte a la escena cinematográfica de la época.Un cuarto bloque
finalmente, pero menos recurrente,da paso al reconocimiento o recomendación al
trabajo del director, invitando a visionar la obra. Del grupo de películas seleccionadas del período
1981-1985 se puede apreciar que existe siempre un juicio de valor explícito por
parte de los críticos sobre el filme, cuyo énfasis varía por el crítico, siendo Gladys Pinto la que
intenta dejarlo más en claro para el espectador con expresiones como “EXCELENTE” o “RECOMENDABLE”.
Si bien se ha podido considerar a la crítica cinematográfica como la
valoración de una película a través de juicios enmarcados en ciertos criterios,
de manera sintética y con el objetivo de guiar al espectador, existe
también otro tipo de textos más teóricos o analíticos como los desarrollados
durante el período con el suplemento Cinevisión
en el diario La Tercera. Debemos destacar que a partir de los primeros
años de la década del 80 se estableció periódicamente todos los fines de
semana, ya sea dentro de otro suplemento como “Espectáculos” - que en sus inicios aparecía todos los días sábados
-, para luego establecerse en solitario los días domingo como un suplemento
independiente. Colaborando constantemente, se repiten los nombres de Sergio
Salinas, Héctor Soto y H. Bálic, repartiéndose funciones como la redacción del
análisis central sobre la película destacada de la semana, además de la
cartelera principal, con pequeñas capsulas de cinco líneas para cada película y
por último, instalando las novedades, noticias u homenajes a las figuras más
importantes del cine mundial, rankings y retrospectivas sobre cine. Cabe destacar que este suplemento contó desde sus inicios con una
página completa, cuyo espacio central siempre estuvo reservado para el
comentario de cine.
Se logró identificar mayormente el tipo de critica orientadora por
sobre la denominada informativa, ya sea en las columnas de Gladys Pinto como en
el suplemento Cinevisión. Estableciendo
una oposición entre la pertenencia del texto crítico a un determinado género
noticioso e interpretativo, frente al género de opinión presente en las columnas
de Cinevisión, desarrollado mayormente
por José Román.Se destaca la
presencia constante de un análisis cinematográfico dentro de los textos de ambos
críticos durante este período. Diversos aspectos del lenguaje cinematográfico como
la puesta en escena, el montaje, la fotografía o la banda sonora, sin embargo
el aspecto de análisis cinematográfico predominante en las críticas de la
muestra de este período específico, corresponde a los elementos estrictamente
relacionados a personajes, actuaciones y trama. En la gran
mayoría de las críticas se manifiesta la existencia de un proceso de mediación
por parte del crítico, entendido como el acto donde éste comparte su
experiencia en relación con la película con los demás.
En el período 1986-1989 las columnas de crítica de cine sólo son
publicadas en la sección de espectáculos sin un nombre o sección en particular
y su aparición es solamente los domingos. El espacio utilizado no sobrepasa la
media plana posterior a la sección de
historietas. Las películas tratadas presentan inclinación por obras provenientes
de EEUU y de países europeos, pero también hay presencia de algo de cine
latinoamericano, destacando producciones de Argentina y Brasil. En cuanto a las
temáticas, géneros y estilo de las producciones, ésta también es variada, no se
encasilla en un tipo de obra; existe espacio para grandes producciones con
enfoque comercial, así también lo hay para obras de carácter más independiente
o de menor presupuesto.A partir del año 1987 se retoma la estructura descrita cuando
reaparece como sección estable Cinevisión todos
los días domingo, con un tamaño atribuido cercano al cuarto de página. A cargo
de la sección continúa Gladys Pinto, con películas principalmente provenientes
de EEUU, obras de gran presupuesto y alta taquilla en el resto del mundo. A
pesar de eso al menos una de las cuatro críticas del mes es sobre algún film de
carácter menos comercial, y proviene de algún país distinto a EEUU, ya sea
filmes europeos o latinoamericanos. Los contenidos ante los cuales los críticos
toman determinadas posturas, permiten reconocer algunos elementos ideológicos
de su trabajo,donde la vía del cine comercial- aquella de carácter industrial,
norteamericano convencional -, lo “no-artístico”, efectivamente se presenta
como mayoría de producción, mientras que la cinematografía local- chilena o
latinoamericana -, que aspiraría a poder formarse también en industria está tan
ausente como aquel cine de mirada más autoral.
Esta investigación corroboró que, efectivamente, los aspectos narrativos
y argumentales de las obras cinematográficas son los que más se destacan en el
análisis crítico de los textos de la muestra, poniendo especial énfasis en el
desarrollo de personajes, en el funcionamiento de la trama y del drama, superando
otros aspectos propios del lenguaje audiovisual como la fotografía, la puesta
en escena, el montaje, sólo ocasionalmente citados. No obstante, los elementos
se presentan de manera equilibrada, es decir, que junto con los elementos
argumentales del texto, la alusión al público y los factores que incidirían en
la estética, siempre se manifiestan directamente. No existe predominancia
de los factores argumentales por sobre los sociales, dándonos a entender que se
está frente a una crítica “en función de
algo”, contextualizada, que funciona como un todo articulado; siendo inútil
sin los otros factores, por lo que ningún elemento cobra una importancia
desmedida. De esto se puede concluir que la
crítica del período de dictadura está destinada a guiar y a dar una referencia
a los lectores sobre las películas en cartelera o las que están prontas a
estrenarse. También se observó un número menor de películas consideradas por la
crítica que no estaban necesariamente destinadas a un público masivo, sino a
uno más reducido, cinéfilo, con ciertos conocimientos y búsquedas más
avanzadas, aunque la consideración de películas “comerciales” o destinadas a un
público masivo, es notoriamente mayor.Por lo tanto, podemos concluir, que las
miradas de los críticos eran de tipo dialogante /orientador con rasgos
informativos.
Se ha podido
establecer, además, cierta correspondencia con el proceso de mediación, como
acto comunicante del crítico y su experiencia frente al objeto,
compartiéndolo a los receptores. En esto se reconoce una estrecha relación
entre la obra cinematográfica y el espectador pasivo, que frente a la
obra objeto de la crítica logra una posición más coherente sobre los elementos
artísticos que componen la obra. El crítico se presenta como decodificador de
una guía inicial de “apreciación cinematográfica” para transformar la pasividad
en una postura reflexiva, reconociéndose cierta búsqueda de formación
cinematográfica.
Cabe
mencionar que el camino tomado por esta investigación propuso comprender el modo
de ver sólo a través de los textos específicos, presentes en los diarios y así
hacerse una idea de los modos de ver el cine de esa época. De esta
manera, colocando el foco en los textos y los críticos, en lugar de “la crítica”
misma, se han podido reconocer algunos modos precisos de ver cine en Chile.
(Stange y Salinas, 2011)Si bien la crítica cinematográfica presente en estos
diarios se instaló como un claro acercamiento al modo de ver el cine y sus
películas, en una época compleja para el desarrollo de las artes y la cultura,
no se presentó como una actividad cerrada, pues existieron algunos espacios de
libertad discursiva que no la aislaron totalmente, aunque social y
culturalmente no haya existido mucha correspondencia con la realidad social del
país. La constante programación de estrenos en los teatros y cines nacionales
habría permitido extender el modelo de modo de ver presente en la época
propuesta, donde la práctica de la crítica permitió reconstruir una cierta
estructura intelectual, cultural y emocional, a partir de las apreciaciones y
orientaciones ofrecidas por los críticos. Estos “modelos de crítica”, se
reconocen articulando a los sujetos y sus prácticas, con los textos y discursos
específicos de la crítica cinematográfica. (Salinas y Stange, 2011)
La
influencia de la crítica cinematográfica sobre el modo de ver y la valoración
hacia ciertos elementos presentes en las películas de la época, se deja
instalada a partir de levantamientos del oficio de la crítica, por parte de
quienes reconocen la necesidad de concretar mejores condiciones para el
desarrollo de la industria nacional.Esto, con el fin de masificar el
entendimiento hacia la creación cinematográfica con otras plataformas;o para
constituir un conjunto de prácticas y discursos que se entreteja con otras con
mayores debates, mejor formación y una preocupación por recuperar la producción
nacional, que en esa época era inexistente, en donde todos se vieran beneficiados:
productores, realizadores, críticos y espectadores. (Salinas y Stange, 2011)
Dentro
de nuestras posibilidades hemos sido capaces de caracterizar el modo de ver de
esta época, reconociendo cierta particularidad presente en los ensayos y
críticas, específicamente en Gladys Pinto, así como el grupo de críticos
compuesto por Sergio Salinas, José Román, Héctor Soto y Héctor Balic. Existen
ciertos rasgos característicos de cada autor de críticas, en cuanto a sus
estrategias y operaciones, al momento de componer el discurso crítico. Entonces,se
ha intentado conectar el modo de ver con el contexto político, ya que en esta
investigación se propone que las características más relevantes presentes en
una época histórica determinada estarían correlacionadas por la política
presente en el modo de vivir, de pensar y de producir, y la crítica no puede
estar ausente de esto.
Aunque no fue posible detectar censura explícita, sí se detectaron
testimonios de los mismos críticos que aludían a la responsabilidad de las
distribuidoras, y de la censura del consejo cinematográfico en permitir o no
que entrasen películas a Chile; la censura no estaría en los críticos sino en
los organismos responsables de aprobar el paso de películas a Chile. Existía
por lo tanto censura en el mercado y en la distribución del cine, pero no en la
crítica, todo en desmedro de la cultura cinéfila, pues se optó por el comercio o
circulación de películas políticamente correctas, o económicamente provenientes
de los países con los que el régimen militar mantenía relaciones. Sin embargo
es necesaria la aclaración de la no aparición regular de evidencias implícitas
que nos indiquen puntos de vista u opiniones sobre la realidad nacional. Más
bien es la constante “no
referencialidad” la que destacamos, ya que sistemáticamente,al parecer,se
debieron obviar las circunstancias que rodeaban a la realidad chilena y
latinoamericana del periodo. No obstante,existieron posturas ideológicas-
aunque no directas y sin poner en riesgo sus integridades -, trataban de hacer
frente a la nula preocupación del gobierno de los militares respecto del
desarrollo de la industria nacional y también en forma de defensa del rol del
crítico de cine, quien se posicionaba como sujeto orientador de la mirada,
rescatando obras que sin esta complementación analítica hubiesen desaparecido,
avasalladas por el poderío de la industria norteamericana y la hegemonía
cultural tan protegida por la Dictadura. Sin embargo, la crítica en Chile pudo
en cierto grado contrarrestar esta corriente y se volvió una oportunidad para
cuestionar los discursos políticos hegemónicos, arrojándose a la difícil tarea
de evidenciarlos a través de los procedimientos formales propios del lenguaje
cinematográfico. (Lathtrop, 2012)
Para finalizar ejemplificaremos con lo publicado el día domingo 15 de
octubre de 1978 en uno de los segmentos del suplemento Cinevisión, una columna titulada: “La crítica y los espectadores. ¿Es necesaria la crítica de cine? ¿Influye
en el gusto del público? Esta columna escrita por Héctor
Balic se planteó como una defensa del rol y la función que cumple el crítico de
cine al momento de orientar a los espectadores en tomar decisiones, quienes la
mayor parte de las veces se ven muy influenciados por la propaganda abusiva por
parte de la industria norteamericana:
La sorprendente, y saludable, permanencia en la
cartelera de Amantes, del realizador Claude Goretta, parece revelar que,
después de todo, el papel de la crítica cinematográfica en nuestro país está
comenzando a ser comprendida por el espectador. Ese notable filme tuvo, desde
un comienzo el respaldo abrumador y unánime de la crítica. (… )La película se estrenó
con un título bastante desabrido, totalmente desvinculado del original La
dentelliére (La encajera) y su “lanzamiento” no fue preparado adecuadamente
por los exhibidores criollos. Le tocó a la crítica crear el marco de referencia
necesario. El público se interesó por el producto y, con el paso de los días,
le ha ido entregando el respaldo que la película merece. En medio de la
majadera publicidad a favor de pirañas asesinas, melodramas destemplados tipo Más
allá de la medianoche y mediocres producciones eróticas, los espectadores
se han interesado por esta rara joya fílmica, ejemplo de talento y pudor narrativo.
(H.B. La Tercera, 15/10/1978, p.50)
Se destaca el rol de la crítica y se pone en evidencia por parte del
autor que no es tal ese carácter superfluo que se le ha intentado dar por parte
de la industria, ya que ésta carga sobre sí con la responsabilidad de orientar
al público. Aunque se reconoce que no siempre se produce este encuentro entre
el crítico y la sensibilidad masiva:
Contundentes bodrios suelen robustecer las
taquillas, distanciando al consumidor cinematográfico del área del buen cine.
Tampoco la crítica es, a veces, coincidente en sus gustos y apreciaciones, lo
cual no desvaloriza su influencia ni su prestigio, sino que, por el
contrario, reafirma su propia naturaleza. (Ídem.)
Se reconoce, entonces, por parte de la práctica directa del crítico que
existen algunas coincidencias como también disparidades que son lo que sostiene
a la crítica como un fenómeno complejo, cuyos múltiples factores para abordarla
refuerzan la misión de orientar o polemizar para colocar la atención sobre los
valores del cine. Finalmente, este pequeño manifiesto sobre la función del
crítico nacional, si bien intenta agradecer el pequeño espacio que se les tiene
aún considerado en este medio impreso, expresa la falta de revistas
especializadas.
(...) el peso y la influencia de la crítica han
ganado importantes puntos gracias a una más seria y responsable visión del
cine. El público sabe que puede contar con la crítica al momento de
decidir entre ver una película u otra. No importa que a veces no se produzca
una coincidencia plena. Lo fundamental es que la crítica tenga una sintonía,
aunque remota, con el gusto y el placer de los espectadores (Ídem.)
Gladys Pinto, a propósito del estreno de una de las pocas películas
chilenas realizadas en el período, “A la sombra del sol” de Silvio
Caiozzi y Perelman, desarrolló algunas consideraciones fundamentales que
explicarían la decadencia del cine chileno:
a. No existe el cine chileno como estructura
estable, b. El cine, en cualquier país del mundo, básicamente es una industria,
c. A la mayoría de los chilenos no les interesa ni le gusta ver películas
nacionales. Cada cierto tiempo se habla del “nacimiento del cine chileno” o de
la “gran película del cine chileno”… Lo cierto es que estas apariciones
temporales de actividad fílmica no prosperan por múltiples razones,
especialmente económicas y los pocos “deportistas” del cine que de algún modo
se arriesgan, saborean el gusto dulce-amargo de haber mostrado su creación y
que después de ellos no pase nada…(G.P. La Tercera, 08/01/75, p.37)
Lamentablemente en esos años ya se tenía cierta certeza sobre la
realidad de los gustos implantados y creados en el público nacional y, de no existir
una productividad que lograse dar más alternativas de elección a los
espectadores, nunca se instalaría una necesidad general en base a las
sensibilidades masivas. Se implementó una actitud negativa frente a las
realizaciones del cine chileno, y cuando se cortó con su financiamiento y estímulo
no hubo formas de no rechazarlas al compararlas con las grandes proyecciones
foráneas. Sin embargo la colectividad nacional no consideraba la forma casi
primitiva, por la pobreza material, en que debían filmar aquellos
cineastas que podían romper el cerco.
Aunque penosa, la verdad es que el público nuestro
siempre está en la línea de exigir “la gran película chilena”, esa obra de arte
que vaya de inmediato a competir a un festival de cine… Y que, por supuesto, gane
el primer premio. Después de años de inactividad o producir una o dos películas
al año, desgraciadamente no hay sensibilidad popular para estimular al
verdadero “nacimiento y desarrollo del cine nacional. (Ídem.)
Se reconoce en esta columna, entonces,la propuesta
de que deberá existir inevitablemente una infraestructura para que se puedan
hacer películas en Chile, aunque sea modesta, ya sea con
capitales particulares o estatales, que posibiliten la realización de obras y
permitan evitar sobrepasar los costos de producción. La justificación para esta
postura ideológica es que con una mayor realización de filmes existirán a
la vez más posibilidades de contar con cintas de calidad, ya que es
imprescindible que técnicos y artistas ejerzan continuamente sus aptitudes.
Autores: Ricardo Aqueveque y Fabián Moraga (Licenciados en Comunicación Audiovisual. U de Chile)
GLADYS PINTO (Q.E.P.D)
Referencias bibliográficas
Ábalo, Consuelo... [et. al] (2005). Análisis
de la crítica de cine en diarios, revistas y medios electrónicos en Chile /Tesis
conducente a grado. Universidad de Chile
Aliste Corvalán, Paula et al. (1998) La
estética de la literatura y el cine, en la crítica periodística. Tesis
para optar a grado académico. U de chile. Escuela de Periodismo
Stange, Hans y Salinas, Claudio. (2011). “Modos
de ver el Cine: Propuesta para la producción de ‘modelos’ de Crítica.”
Centro de Estudios de La Comunicación, Universidad de Chile.